Una mujer y un niño intentan hacer autostop durante un corte de energía programado en Bauta, Cuba, el lunes 18 de marzo de 2024.  (Foto AP/Ramón Espinosa)

En Cuba, hubo protestas por los apagones eléctricos y la falta de alimentos en la ciudad de Santiago. La Embajada de Estados Unidos en La Habana expresó su apoyo a los manifestantes en Facebook, lo que llevó al gobierno cubano a protestar por considerarlo una intervención en sus asuntos internos.

El lunes, el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, hablando con The Associated Press, calificó los comentarios de "irrespetuosos" y de "una abierta interferencia en los asuntos internos de Cuba".

“También fue cínico, como dijimos públicamente, e hipócrita porque se refería a temas que están ocurriendo en Cuba en los que hay una importancia y una responsabilidad del gobierno de Estados Unidos”, dijo Fernández de Cossío, refiriéndose al prolongado embargo estadounidense a la isla.

Esto ocurre mientras solo días después de que Christian Solidarity Worldwide publicó su último informe anual sobre la situación de la libertad de religión o de creencias (FoRB) en Cuba, en el que se observa que el gobierno está volviendo a tácticas de línea dura en sus esfuerzos por afirmar el control sobre la sociedad civil independiente, incluidos los grupos religiosos.

Según este vigilante de la persecución “Los adultos y niños asociados con grupos religiosos registrados y no registrados sufren regularmente discriminación debido a su fe. Varios casos documentados involucraron a adultos despedidos de su lugar de trabajo o degradados debido a su asociación con un grupo religioso o líder religioso que el gobierno ha calificado de "contrarrevolucionario".”

Además el informe sostiene que el gobierno ha atacado especialmente a los presos políticos, sus familias y los líderes religiosos cercanos a ellos. “A los presos políticos se les niega sistemáticamente el derecho a conservar una Biblia u otra literatura religiosa o a recibir visitas de un líder religioso, en violación de las Reglas Nelson Mandela para presos políticos (las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos)” detalla el comunicado de CSW. 

Anna Lee Stangl, vocera de la CSW, afirma que “El gobierno cubano está creando una nueva versión de su pasado represivo, con el aparente apoyo de gobiernos igualmente represivos de China y Rusia. La comunidad internacional no puede permitir que esto suceda; debe expresar enfáticamente su preocupación por la constante violación de los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de religión o de creencias, en Cuba, y hacer todo lo posible para fortalecer y apoyar a la sociedad civil independiente en la isla.”

CSW afirma que los líderes religiosos han sido presionados para que prohíban el acceso a sus lugares de culto a los familiares cercanos de los presos políticos y, en algunos casos, han sucumbido a tales demandas. Los líderes religiosos católicos y cristianos protestantes que resisten la presión del gobierno y continúan ofreciendo apoyo espiritual a los familiares de los presos políticos son acosados ​​y amenazados periódicamente.

Entre los presos políticos se encuentran varios líderes religiosos encarcelados durante las protestas del 11 de julio de 2021 y después de ellas, incluido el pastor protestante reverendo Lorenzo Rosales Fajardo y las líderes religiosas afrocubanas Loreto Hernández García y Donaida Pérez Paseiro. Todos denunciaron violaciones constantes de la libertad de creencias y otros derechos humanos en prisión.